Debemos confesar que dudábamos sobre la conveniencia
de incluir estos textos en la
web de los Onironautas. Finalmente, como se ve, hemos optado por
hacerlo. Toda referencia a la sexualidad humana parece desatar las tapas
de los odres en los que Eolo encerrara a los vientos. Sin embargo,
apostamos por la madurez de todas las personas que se acercan a este
sitio Web... y creemos no equivocarnos. Los textos que siguen vienen a
llenar un vacío incomprensible sobre aspectos de la sexualidad muy poco
conocidos. Guardan relación con el mundo de los sueños porque, como la
experiencia onírica, la sencilla práctica que aquí se expresa viene a
fortalecer el cuerpo y la mente de todos los que la entienden y, en
ausencia de prejuicios o patologías psíquicas, la ponen en práctica.
Finalmente, Internet es un espacio libre, dónde cada cual opina lo que
quiere y el navegante escoge cuánto pueda resultarle de utilidad. Al
menos, habrás tenido la suerte de acceder a una información singular.
¡Que sea para tu provecho!
***
RECUPERACIÓN DE LAS ENERGÍAS VITALES EN EL MATRIMONIO
Renovación de la juventud en el matrimonio por medio de
una nueva técnica y el método natural de regular la natalidad. - Por el
Dr. Walter Siegsmeister -
Al principio ha de parecer extraña la idea de que las relaciones
matrimoniales puedan convertirse en un medio eficaz para la renovación
de la juventud. Pero si estas relaciones se practican de acuerdo con
cierta técnica y se llenan a carta cabal todos los requisitos, se
comprobará que tal idea no ha sido traída de tan lejos.
Una prueba experimental del método, verificada en condiciones que más
adelante anotamos, llevará a una renovación de la vitalidad juvenil,
retardará considerablemente el proceso de envejecimiento, quizá
haciéndolo retroceder, y convertirá al matrimonio en una perpetua luna
de miel, no afectada por el transcurso de los años.
Aquellos cuyos fuegos amorosos han descendido a la más ínfima expresión
(por una desacertada técnica anterior), hallarán la manera de provocar
la llama y encenderla hasta alcanzar la primitiva fogosidad. Y volverán a
ser los enamorados de antes, llenos de optimismo, de experiencias y de
amor a la vida.
UN CIENTÍFICO, UN EXPERIMENTO, UNOS RESULTADOS.
John Humphrey Noyes redescubrió, hace más de un siglo, tal método, lo
puso a prueba y realizó así una de las experiencias más significativas
de la humanidad en asuntos eugenésicos de los tiempos modernos.
Noyes reunió a sus partidarios en una comunidad que se estableció en
Oneida, en el estado de Nueva York. Allá más de 250 de sus discípulos
practicaron su nuevo método de control de nacimientos por más de 30
años, con cuidadosas anotaciones sobre sus efectos para la salud, su
vitalización, el tipo de niños nacidos, etc.
Los resultados de la experiencia fueron altamente satisfactorios. Desde
el punto de vista de su eficacia como medida de control de nacimientos
resultó superior a todos los otros hasta la fecha propuestos, pues en
este grupo citado, que no practicó ningún sistema anticoncepcional, ni
tuvo en cuenta ningún período, no se presentaron concepciones
accidentales durante los 30 años y el número predeterminado de niños
consciente y científicamente procreados subieron al número de 60 en tres
décadas. Abortos no se presentaron y niños defectuosos en cualquier
sentido, no hubo. Por el contrario, física y mentalmente fueron muy
superiores a sus padres y varios de inteligencia extraordinaria,
verdaderamente genial.
Estudios médicos comprobaron que, a la inversa de la anticoncepción que
puede producir serias perturbaciones, este sistema da como resultado una
alta vitalidad, una fuerza de resistencia increíble, una lucidez mental
fuera de lo común y procreaciones a voluntad; hijos engendrados con
conciencia y amor.
La mayoría de la humanidad es concebida por placer; esto es, los padres
no piensan en esos momentos más que en satisfacer sus necesidades
fisiológicas. El ser que puede resultar como consecuencia de esos
momentos los tiene sin cuidado. Un escritor colombiano fue duramente
criticado porque escribió: "Mi padre me engendró por placer y mi madre
me tuvo por necesidad". Y, verdaderamente, este escritor hablaba con
conocimiento.
El Dr.Theodor R. Noyes, M.D., hijo del fundador de la comunidad publicó
en el New York State Medical Gazette un reportaje sobre los efectos de
las prácticas sexuales de sus miembros en su salud. Demostró que no
existió perturbación nerviosa, ni enfermedad de la que pudiera ser
acusado el régimen seguido por la comunidad. También un ginecólogo de
Syracuse, el Dr. Van der Warker, hizo un estudio de los efectos de estas
prácticas en los órganos sexuales de las mujeres de la comunidad, sin
encontrar ninguna condición enfermiza que pudiera atribuirse a las
prácticas sexuales, y examinó a todas las mujeres de la comunidad.
El Dr. Van der Warker en un artículo titulado: "Un estudio ginecológico
de la Comunidad Oneida" publicado en el American Journal of Obstetrics
and Ginecology, demostró la eficacia del método de control de
nacimientos practicado por esta gente.
Muy contrario a los métodos anticonceptivos que crean condiciones
patológicas de los órganos femeninos, las prácticas sexuales de la
Comunidad Oneida no tienen tales efectos y el método de control de
nacimientos es absolutamente seguro. La mortalidad materna es
desconocida, lo mismo que las molestias del parto y, de acuerdo con las
informaciones de la comunidad: "Los sufrimientos especiales de las
mujeres al dar a luz desaparecieron casi por completo". Después de una
visita a la comunidad un médico dijo: "Había yo estudiado los efectos de
los padecimientos uterinos en el aspecto físico, de tal manera que me
bastaba ver el semblante de la paciente para determinar el estado
patológico inmediatamente. Y me alegré sobremanera al no encontrar
ninguna de estas señales en las mujeres de la Oneida" .
Según Havelock Ellis, en sus "Estudios de la Psicología del Sexo", John
Humphrey Noyes fue uno de los más grandes reformadores en eugenesia en
los tiempos modernos y su Comunidad Oneida es el experimento de mayor
transcendencia en los registros eugenésicos.
Dice el Dr. Robert D. Dickinson, la notable autoridad en control de la
natalidad: "La experiencia de la Comunidad Oneida es el único
experimento en control de natalidad deliberada y conscientemente
organizado, llevado a cabo con un grupo de gente inteligente, conocedora
de la misión que le corresponde al hombre, cual es cumplir sabiamente
el imperativo categórico de la especie. Además, los exámenes mensuales
de los médicos comprobaron los maravillosos resultados en la salud".
En el libro "Historia de la anticoncepción", el profesor Norman E. Himes
expresa: "El sistema de la Comunidad Oneida es el experimento
eugenésico de la mayor transcendencia que se ha verificado en todos los
siglos".
¿QUÉ DESCUBRIÓ NOYES Y CÓMO LO HIZO?
Ocurrió de la siguiente manera: Noyes contrajo matrimonio en el año 1838
y vivió en la rutina matrimonial acostumbrada hasta 1844. Fue durante
este período cuando, por una experiencia demasiado dolorosa, hubo de
dedicarse al estudio de las cuestiones sexuales; estudio que le condujo
al descubrimiento del método que tanto bien puede hacer a la humanidad.
En el transcurso de los primeros 6 años su esposa pasó por las agonías
de 5 partos, de los cuales 4 fueron prematuros; sólo un niño vivió.
Noyes investigó por todos los medios a su alcance la posibilidad de
evitar la concepción. Considerando los métodos conocidos en la época
inseguros y/o nocivos para la salud, decidió no usarlos. Después de la
última desgracia él empeñó su palabra a su esposa de que jamás volvería a
exponerla a dolores infructuosos. Resolvió vivir separado de ella antes
que faltar a su compromiso. Tal era la situación en 1844.
Entonces empezó a llegarle la idea de que es posible gozar de la
asociación sexual sin exponer a la mujer a los peligros de la
fecundación. Meditaba sobre la manera de experimentar el placer sin la
descarga seminal. Entonces concibió la idea de que los órganos sexuales
tienen dos funciones: una procreativa que comprende el orgasmo y por
tanto la eyaculación y la otra de caracter afectivo meramente, la cual
no requiere la conclusión del acto procreativo. Pero, pensaba él,
debería ser posible separar estas dos funciones y reservar cada una de
ellas para su momento oportuno.
Experimentó con esta idea y encontró que no era tan difícil el control
de sí mismo (que era lo indispensable) y que el placer aumentaba.
También pudo comprobar que las experiencias de su esposa eran muy
satisfactorias, tanto como nunca anteriormente y, más que todo, evitó la
fecundación involuntaria. Este nuevo descubrimiento -según él- fue la
"Gran Liberación".
Comunicó sus experiencias a un amigo y él también comprobó igual
satisfacción. Durante dos años se dedicó a experimentar y a estudiar los
detalles esenciales y los aspectos del nuevo descubrimiento. Por fin lo
anunció al mundo en un folleto titulado: "Continencia Masculina o el
Dominio de Sí Mismo en el Coito" .
Las ideas esenciales que Noyes presentó en su folleto fueron las
siguientes: Hay dos métodos de unión sexual. El primero es el acto
animal de la copulación que conduce a la fecundación. El segundo es de
carácter netamente afectivo, inhibe la eyaculación y preserva
naturalmente del embarazo. Hay un gravísimo error en confundir estos
métodos. El primero debe reservarse para su misión natural, para sus
fines legítimos: la concepción.
Cuando no se desea la concepción no se debe realizar el acto particular
destinado a efectuarla. Sin embargo, puede verificarse un unión sexual
que produce un alegre intercambio de magnetismo, que puede sostenerse
sin llegar al orgasmo. El arte de inhibir el orgasmo puede adquirirlo y
cultivarlo todos los que realmente lo deseen. El medio seguro consiste
en no seguir con el ímpetu de la excitación inicial. Si se logra dominar
el impulso nervioso, evitando el excesivo aflujo de sangre a los
órganos sexuales, no se secretará el fluido seminal.
La expulsión del semen por el hombre, en lugar de ser necesario para el
goce carnal, obra en sentido opuesto, por su efecto de acabar
inmediatamente con la vitalidad y el impulso generador, llevando a un
fin prematuro las relaciones. Inhibiendo el flujo seminal se alcanza un
grado de placer más intenso, prolongado cuanto se desee y en condiciones
de volver a empezar cuando se quiera. Después de haberse acostumbrado a
la práctica de evitar el orgasmo es tan sencillo realizar la unión como
lo es la que lleva a la concepción. Las críticas a este método vinieron
de quienes lo intentaron y, por falta de voluntad, fracasaron. Se
repite que sólo es posible realizar la práctica mientras la excitación
no sea demasiado violenta y obrando con lentitud no se llega a este fin.
A los pocos minutos de haber comenzado en la forma indicada empezará a
sentirse una grata y profunda sensación, que envuelve a los seres en un
suave espasmo.
VENTAJAS DEL MÉTODO
PRIMERO: Es natural. El infructuoso desgaste del semen
cuando no se pretende la concepción, seguramente no es natural. Ningún
animal malgasta su fluido seminal como el hombre. Todos los animales
sanos y que viven directamente en su medio natural no padecen emisiones
involuntarias o voluntarias fuera del tiempo del celo. Sobra advertir
que los animales domésticos son una excepción a esta regla porque sus
funciones sexuales se han pervertido a causa de la alimentación
antinatural, tantas veces excesiva, además del encierro y la
inactividad. Lo mismo es el caso con el así llamado hombre civilizado,
quien padece de un erotismo exagerado y que cree encontrar la salvación
dando libre rienda a todos sus impulsos.
La acostumbrada descarga seminal, como ocurre en el coito ordinario, no
puede considerarse como natural porque, en el solo deseo de la
gratificación de los sentidos, se pierde una cantidad bastante
apreciable de energía vital (también de valiosos constituyentes de la
sangre tales como la lecitina, colesterina, fosfatos, tan importantes
para las glándulas, los tejidos nerviosos, las células cerebrales y el
equilibrio de las endocrinas).
Como sabemos, nuestro instinto demanda con frecuencia la unión de los
sexos, no precisamente con fines propagativos, sino por razones
afectivas y espirituales. De estas indicaciones resulta que: la sencilla
unión sexual, sin crisis propagativa, está conforme con la naturaleza
en beneficio de los ordinarios instintos amatorios.
Con un poco de voluntad es posible a cualquier hombre de regular cultura
evitar el orgasmo y gozar del éxtasis ininterrumpido del intercambio
magnético sexual. La idea de que la unión sin orgasmo sea en extremo
difícil o reñida con los planes naturales ha sido contradicha por el
sinnúmero de individuos que con tan magníficos resultados lo han
realizado.
SEGUNDO: Este método es sano. En primer lugar libra a las
mujeres de la procreación involuntaria y, además, acaba con el desgaste
de energía de parte del hombre. Esto no puede decirse de ningún otro
método de control de nacimientos, los que reducen su técnica a evitar
los efectos propagativos de la emisión del semen y no la emisión misma.
TERCERO: Este método aumenta la felicidad sexual. Muchos
dirán, seguramente, que disminuye el placer de la unión; pero se les
puede contestar que no tienen más que ponerlo en práctica y se
convencerán de los benéficos resultados. El coito ordinario, en el cual
se confunden las funciones afectivas y fecundadoras, lleva a un pronto y
abrupto fin, es asunto momentaneo y termina en cansancio y disgusto.
Este cansancio que acompaña al desgaste sexual es la causa de
sentimientos de desprecio y malestar y, sin duda alguna, por este motivo
los órganos sexuales siempre han inspirado vergüenza y, muchas veces,
asco y repugnancia. Así, la historia de Adan y Eva, que perdieron el
mundo espiritual y cayeron en el material, simboliza muy bien el cambio
del goce puramente afectivo por el sentimiento de repulsión que trae
consigo la descarga prematura. "La fruta prohibida" no es más que la
pérdida de aquel suave espasmo amoroso que los manteía en un jardín de
delicias, y la caída en el plano de la materia y del hastío. Por esta
razón tuvieron vergüenza y empezaron a mirar con temor la causa del
desengaño, en estas circunstancias: los órganos sexuales.
La desgana y el disgusto ocasionan malas miradas al instrumento de
placer y también a la persona que lo provoca. En este punto comienza el
"enfriamiento " que termina en indiferencia, desengaño, odio y divorcio.
Por el contrario, los amantes que usan sus órganos sexuales únicamente
como instrumentos de la naturaleza espiritual, esto es, como conductores
del magnetismo sexual, y se abstienen del orgasmo cuando no se desea la
concepción, gozarán de la suprema felicidad en la vida matrimonial
durante cualquier tiempo sin saciedad ni desengaño y harán de su hogar
la verdadera mansión del respeto al sexo.
CUARTO: Este método es efectivo como medida de control de la
natalidad. La costumbre de hacer de la unión sexual un acto
tranquilo, sereno, como una conversación, restringiendo la excitación a
los límites necesarios para evitar el orgasmo, se puede adquirir
fácilmente y entonces no hay riesgo de concepción involuntaria.
Noyes explicó su teoría, además, como sigue:
"El primer impulso que une a los sexos no es el acto propagativo sino la
alegre intercomunicación del magnetismo corporal por medio del espasmo
amoroso, que en manera alguna tiene que ver con el orgasmo y que se
verifica sin que éste ocurra. El mutuo contacto de la piel y la unión de
los cuerpos de sexos distintos proporcionan un intercambio de dos
clases de magnetismo vital los cuales, en equilibrio, constituyen el
perfecto balance de la vitalidad".
Los organismos unicelulares, como el paramecium, al envejecer se
renuevan por medio de una unión entre dos, durante la cual hay un mutuo
intercambio de sustancias de los cuerpos de cada uno. Un similar proceso
de recuperación de la juventud se presenta, en grado más elevado, entre
los amantes por el intercambio del magnetismo sexual; magnetismo que
conduce a la conservación de la salud y el bienestar general por sus
vitalizantes efectos en las glándulas endocrinas, provocándolas a
producir mayor cantidad de hormonas que van a parar a la sangre y
contribuyen en grado máximo a la vitalización de todos los tejidos del
cuerpo y del cerebro".
"Como todas y cada una de las partes del cuerpo los órganos sexuales
sirven (en mayor grado) para conducir el magnetismo sexual, función que
puede verificarse sin que aparezca el orgasmo. Las dos funciones de los
órganos sexuales suelen confundirse aún por los mismos fisiólogos. La
función afectiva suele considerarse meramente como anzuelo para la
propagación de la especie. El orgasmo es tenido como la culminación
natural y necesaria de la unión de los sexos. Pero esta creencia es
falsa...; sólamente quienes han probado los beneficios de este método
pueden darse cuenta del inmenso mal que tal persuasión ha hecho a la
humanidad".
Noyes opina que la función afectiva es la primaria y la reproductora la
segunda e incidental, pero que esta última llegó a ser soberana por
confusión y tergiversación de la primera.
Frecuentemente se acepta que los órganos sexuales tienen dos funciones:
la de expeler la orina y la de perpetuar la raza. Noyes sostiene que
tienen una tercera: la de conducir el magnetismo sexual. Esta tercera
función es tan distinta de la segunda como ésta lo es de la primera. El
acto germinativo se verifica por la contracción de las vesículas
seminales produciendo, efectivamente, la eyaculación. La conjunción
sexual por razones afectivas pone en actividad todas las glándulas y
deja en reposa a las vesículas seminales; por este motivo el fluido
seminal se reserva. El orgasmo, en vez de ser la culminación de la unión
sexual es su muerte y su secuela, y lleva a la vejez prematura y a toda
la gama de enfermedades, no sólo de carácter sexual sino de todos los
órdenes ya que un organismo desvitalizado no puede resistir por mucho
tiempo los asedios morbosos.
Los seres humanos deben ser capaces de usar sus órganos generadores con un fin más elevado que los animales.
LA PARTE FEMENINA: Alice Stockham y el método KAREZZA.
El método descubierto por Noyes en 1844, practicado más de 30 años por
la comunidad Oneida, fue mejorado y popularizado en las dos primeras
décadas del siglo XX por la doctora Alice Stockham, M.D., en su libro
"Karezza, ética del matrimonio". En este tratado ella explica la teoría
del método Noyes.
La palabra Karezza viene del italiano y quiere decir "caricia". La
doctora Stockham fue la primera en aplicar la palabra para significar un
nuevo método de control de natalidad, de unión sexual, de magnetismo
amoroso, sin el final desastroso del orgasmo.
Karezza se distingue del método Noyes en que implica también a la parte
femenina porque, como afirma ella, el desgaste femenino es tan
perjudicial como el masculino.
La doctora Stockham encontró la divulgación correcta de sus ideas en
Inglaterra en el libro "Amor está de moda" del notable escritor Edward
Carpenter; él describe y comenta a Karezza. A este mismo método se le
dio más tarde el nombre científico de "coitus reservatus". Tambié fue
altamente recomendado por el eminente Havelock Ellis, quien consiguió
muchas de sus informaciones de parte de George Noyes Miller y de otros
miembros de la comunidad Oneida con quienes mantenía correspondencia.
A la unión sexual con orgasmo sigue de ordinario un estado de debilidad y
desilusión. Hay un goce rápido, epiléptico, que pasa por la conciencia
sin dejar recuerdo. Se apagaron las luces, se acabó la música... Tantas
veces la debilidad es tan seria que produce síntomas patológicos. En las
anotaciones médicas se tratan casos de hombres viejos que no pudieron
resistir la tensión del orgasmo y murieron como consecuencia de sus
agotadores efectos.
En el abrazo con orgasmo se disipa de repente la energía vital y
magnética por la descarga seminal, desperdiciándola por completo.
Karezza, en cambio, la conserva y la usa para la nutrición interna y
para volver el vigor y la juventud a los dos socios. La naturaleza
inventó el orgasmo para la procreacion; pero para la unión amorosa es
sumamente molesto porque todo su "modus operandi" tiene por objeto
apagar y vencer el amor y transformarlo en aversión e indiferencia.
Cuanto más frecuentemente ocurre, tanto más rápido muere el amor; el
romance se evapora y la mera sexualidad subsiste tomando características
morbosas, que reemplazan el encanto de la corte amorosa y la atracción
natural de los dos sexos.
Pero cuando se practica Karezza no sobreviene el cansancio ni hay
sentimiento de debilidad ni de repulsión por el compañero. Cada uno
anhela casi con fervor al otro; siente el vigor correr por sus venas y a
su rostro asoman los colores rosados de la juventud. Se siente tan
feliz y de tan buen humor como después de una comida completa. El
magnetismo vibra y los ojos aparecen luminosos; esto es lo que Lloyd
llama " el elixir de larga vida". Después de cada unión, que puede
prolongarse horas enteras, los socios se separan lentamente, besándose
lánguidamente, adheridos al último hechizo, repasándolo en la memoria y
embargados por un sincero afecto que saben núnca se acabará y los
mantendrá en una luna de miel sin fin. Sólo Karezza brinda tanta armonía
en el matrimonio, profunda comprensión de los gustos de cada uno de los
cónyuges...
Karezza tiene el don de restablecer la juventud, conservar la salud y
hacer placentera la vida del hogar. "El elixir de larga vida"
(magnetismo sexual) obliga a las glándulas endocrinas a aumentar su
actividad y a derramar todos sus jugos en el gran torrente circulatorio,
llevando vigor y juventud a todos los tejidos del organismo.
Karezza suministra todos los requisitos para la renovación uniendo al
intercambio magnético el suave espasmo de la unión sexual, bajo la única
condición de la continencia en ambos cónyuges. Por medio de Karezza se
puede conservar la juventud durante toda la vida matrimonial y los
envejecidos, con esta práctica, volverán a ser los enamorados de antes.
Pero a pesar de todas las ventajas de este método, el hombre ordinario
es demasiado obtuso, demasiado egoista, demasiado aferrado a la
tradición para resolverse siquiera a ensayar este sistema. Prefiere que
su compañera use dispositivos intra-uterinos, esponjas, duchas, drogas,
etc, que crispan los nervios, producen enfermedades y disgustan
estéticamente. Las eminencias en ginecología sostienen que todas estas
prácticas son causa de no pocas dolencias femeninas y muchas operaciones
quirúrgicas. Sólamente la no emisión es segura y placentera; esto lo
proporciona Karezza.
La mayorí de las mujeres que han ensayado Karezza lo prefieren a todos
los sistemas de unión sexual. La mujer necesita de mucho más tiempo para
alcanzar el clímax; no así el hombre que llega a un orgasmo prematuro,
dejando insatisfecha a la mujer. Esto, tan desagradable, no ocurre en
Karezza.
Margaret Sanger, en su obra "La mujer y la raza futura" habla
favorablemente de Karezza porque evita las desventajas del celibato yla
separación de los sexos y brinda, en cambio, los beneficios del
intercambio magnético que produce bienestar física y mentalmente. Ella
cita casos en que hombre y mujer conservaron sus fuerzas sexuales hasta
edades avanzadísimas y preservaron su luna de miel durante toda la vida
matrimonial.
EPÍLOGO
En su libro "Lamaic Initiations", la profesora Alexandra David-Neel
describe cierta clase de yoguis tibetanos que siguen un método de
adiestramiento para adquirir la capacidad de retener el líquido seminal
durante la unión marital. Los tibetanos explican el valor de esta
técnica como sigue: en primer lugar la conservación del semen preserva
la energía vital; ellos creen que dicha energía radica prioritariamente
en el semen. Así lo creyeron igualmente los antiguos filósofos:
Pitágoras, Platón, Aristóteles, Epicuro y Galeno entre otros. Segundo,
la unión de los sexos bajo condiciones de conservación seminal da
ventajas que no proporciona ningún grado de celibato. Esta ventaja extra
consiste en el vitalizante efecto sobre los órganos sexuales y las
glándulas endógenas producido por el magnetismo del sexo opuesto.
De esta manera, la iniciativa yoga busca la manera de estimular las
glándulas sexuales a una mayor actividad secretoria y, por lo tanto, a
una producción aumentada de hormonas. Esto es la esencia del método de
la recuperación de la juventud por medio de las relaciones sexuales.
Porque no es sólamente importante conservar las secreciones sexuales,
ricas en principios vitales, sino conseguir que produzcan una mayor
cantidad, lo que se consigue mediante la estimulación magnética de los
sexos. Así se produce una mayor cantidad de hormonas sexuales y otros
elementos vitales que son reabsorvidos en la sangre.
Esta es la esencia de nuestro método de renovación de la juventud por medio de las relaciones matrimoniales.
¡Vale, suficiente!...esto es lamentable, estabais más guapos hablando de sueños...no quiero seguir con esto...
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